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Resumen

MC2 es un juego del tipo "supervivencia", en el que hay que superar una serie de pruebas matemáticas en tres escenarios. Estas pruebas deben superarse mientras el jugador se defiende de diversos ataques de todo tipo.

Es un shooter en primera persona (FPS) y un simulador espacial táctico. Pero su propósito principal es ser un juego educativo que busca resolver problemas matemáticos. No es un juego sencillo en cuanto a dificultad ni lo pretende, pero el nivel fácil será accesible para todos.

Argumento

Tierra. Julio de 2156.

Sandra llevaba tres semanas seguidas fuera de la sala donde trabajaba, en la costa este de Nueva Zelanda. Estaba centrada en su investigación sobre un nuevo modelo genómico para especies adaptadas a entornos que podrían ser susceptibles de existir en la Tierra, en un periodo de quinientos a mil millones de años. Su investigación genética sobre la adaptabilidad de la vida al medio ambiente, y sus conclusiones, eran definitivamente poco fiables. Tendría que buscar alternativas mejores. Lo más prometedor que tenía era centrarse en las aves, sin duda. Adaptar algunas de ellas combinando su ADN con el de otras especies prometía dar resultados más esperanzadores.

Estaba absorta en estos pensamientos cuando sonó una señal. Era una llamada entrante. La aceptó. El número era conocido. E inesperado. Pero de algún modo sintió la necesidad de saber de qué se trataba.

"Bueno, si es Jan, mi admirador personal."
"Hola Sandra como estas. Hace tiempo que no se nada de ti".
"Esta vez estoy vestida, para tu desgracia".
"Eso se arregla fácilmente. Están Irenka y los niños. Podrías desvestirte de nuevo. Me gustó el espectáculo".
"Ni en tus mejores sueños". Se rió. Ella añadió:
"¿Cómo está Irenka?" ¿Y los niños?"
"Irenka está cada día más guapa. Y los niños me preguntan por ti". Sandra suspiró.
"No puedo ir todo lo que quiero, Jan. Puedes venir a casa, tomando las precauciones necesarias. Trae a los niños. Pero yo no puedo ir, no puedo hacerlo. Ya sabes, si me encuentran, si saben que soy un androide ...
"Lo sé. Pero no es justo. Juntos hemos trabajado muy bien estos años".
"Eso se lo explica a la G.S.A. Siguen con su campaña de control de androides. Ya conoces su lema: "Los hombres nunca serán esclavos. Los androides nunca dejarán de serlo".
"Algo te ocurrió hace tres años. Algo que no quieres contarme. " Sandra asintió ligeramente.
"Así es, Jan. No quiero contártelo". Jan insistió,
"¿Qué te pasó allí, Sandra?" Has estado muy cambiada desde entonces. Me tienes preocupado. Irenka siente lo mismo".
"Podría contártelo. Pero entonces tendría que matarte".
"Eres muy gracioso". Jan nunca supo que, en realidad, no era una broma. Sandra continuó:
"Bueno, imagino que no es una llamada de cortesía." Es otro de tus "trabajos". Jan asintió.
"Lo es. Enviamos a uno de nuestros agentes a Titán, la luna de Saturno, como parte del equipo Gamma para el concurso de matemáticas de la compañía Titan Deep Space. Tenía que hacer... un trabajo". La cara de Sandra se torció.
"¿Qué? ¿Esa locura? ¡Eso no es un deporte, Jan! ¡Es una monstruosidad!
"Pero ya sabes el dinero que se gana en las apuestas. Y todo lo que eso conlleva: es blanco, venta de armas y drogas, y otras cosas.
"Lo sé demasiado bien. Y de la empresa, prefiero no hablar".
"¿Por qué? La compañía Titan Deep Space funcionó mal durante un tiempo, hasta que su antiguo director ejecutivo, Richard Tsakalidis, recuperó el control. ¿Le conoces?"
"He leído algo" mintió Sandra. "Pero centrémonos. ¿Me estás pidiendo por casualidad que vaya a Titán? ¿Esa puta estación espacial donde se celebra ese estúpido torneo de matemáticas? ¿Ese "Desafío de Combate Matemático"?
"Exacto. Nuestro agente ha desaparecido. El último contacto fue hace tres días. Nadie le ha visto desde entonces. Tenía que enviarnos datos sobre un grupo de traficantes y tratantes de blancas que organizaban el negocio del juego en la estación espacial de la compañía. Llevamos dos años detrás de ellos. Queríamos reunir pruebas concluyentes durante el campeonato de matemáticas".
"Eso no es un campeonato de matemáticas, Jan. Es una masacre".
"Bueno, hay matemáticas durante el campeonato."
"No seas sarcástico.
"¡No lo soy! Escucha, sé que te debo más de un favor".
"Y más de tres."
"Lo sé. ¿Me ayudarás? Te daré lo que quieras a cambio". Sandra dudó un momento.
"¿Cualquier cosa?"
"Por supuesto."
"Un fin de semana con los niños de excursión. Ellos y yo solos". Jan abrió los ojos.
"¿Qué? ¡Eso no es una petición! Es una bendición".
"Y te llevas a Irenka a un sitio bonito. La has abandonado por tu trabajo".
"Sandra, ya hemos hablado de ello."
"Cállate. ¿Lo harás?"
"De acuerdo. Haré el sacrificio de dejar a los niños con la tía Sandra un fin de semana".
"Está bien. Enseguida salgo. Dame todos los datos del caso".
"Ten cuidado, Sandra, por favor. Dicen que esa zona, el espacio profundo más allá de Júpiter, es una locura. Las rutas comerciales son tomadas por piratas, y la seguridad vendida al mejor postor. Cada noticia es peor que la anterior".
"Mira quién habla". "Por tu culpa, casi me vuelo la cabeza dos veces".
"Pero siempre te las has arreglado para salir adelante".
"Los tiros sí. Aguantarte es otra cosa. Adiós, Jan. Y recuerda el pacto".

Sandra tomó la primera nave hacia Titán. En esta ocasión no se detuvo en Marte, porque el planeta estaba en oposición a Saturno. Ella se alegró de ello. Sh no quería recordar los sucesos acaecidos en el planeta tres años atrás. Comenzó una pesadilla de la que no quería recordar nada. Pero su programación le impedía ocultar recuerdos. Era parte de su diseño. De esta forma el androide obtenía una experiencia, positiva a veces, negativa otras, y no podía quedarse sólo con lo bueno, lo que daba más carácter a la personalidad artificial.

Sentía cierta angustia por ese viaje. Toda la angustia que puede sentir un androide de infiltración y combate modelo QCS-60 avanzado. Su ordenador cuántico había dejado de ser lo que había sido originalmente hacía mucho tiempo, cuando intervino en la desafortunada Operación Folkvangr. La acumulación de experiencias, y los muchos acontecimientos vividos en los últimos ciento siete años, la habían transformado radicalmente. Y de vuelta a Titán, donde había estado a punto de morir hacía tres años, durante aquella crisis con aquella maldita nave, habían terminado de modelarla con una nueva personalidad. Más dura, más fría, pero también más estable. En muchos aspectos, quedaba muy poco de la androide original. Tal vez nada.

El transporte la dejó en Titán, el satélite de Saturno que era una fuente casi inagotable de hidrocarburos para el sistema solar, y que explotaba en exclusiva la Titan Deep Space Company. Sandra se alojó en un hotel no muy lejos de la base donde tres años antes fue primero líder y luego prisionera. El hotel disponía de una lanzadera a la estación espacial donde se celebraba la competición deportiva conocida como "Desafío de Combate Matemático". Aquella barbaridad era el deporte favorito del sistema solar. Se trataba básicamente de un enorme estadio en una enorme estación espacial donde los participantes tenían que resolver diversos problemas matemáticos de todo tipo. Gigantescos paneles virtuales mostraban diversos ejercicios matemáticos, y los participantes tenían que encontrar los números correctos moviéndose por el estadio, o disparar a la solución si estaba en un grupo de posibles respuestas.

La peculiaridad de este deporte era, sin embargo, muy peculiar: se basaba en que estos ejercicios debían resolverse en medio de innumerables trampas que se sucedían en el estadio, además de una interminable cadena de ataques de todo tipo de elementos. Sólo se contaba con la ayuda ocasional de un dron con forma de pájaro. Más allá de eso, el lema de la competición era: contar y sobrevivir. Los ganadores ganaban una fortuna. Los perdedores lo perdían todo, incluida, por supuesto, la vida. Podían retirarse antes de perecer. Pero pocos lo hacían.

La empresa Titan Deep Space patrocinaba el juego, con el que ganaba incluso más dinero que su industria, y también le permitía blanquear parte de los beneficios obtenidos de formas no demasiado pulcras. El presidente de la compañía, Richard Tsakalidis, había desaparecido hacía tres años, durante la crisis que Sandra sufrió en Titán, sólo para aparecer por sorpresa un año después, aparentemente sin recordar nada de lo sucedido, y retomando su cargo. El Consejo de Administración lo readmitió de inmediato, por muchas y variadas razones que era mejor no recordar.

Sandra se instaló en su habitación, tras rechazar un par de proposiciones que había tenido de un par de hombres que la habían invitado a su habitación sin ni siquiera invitarla a una copa previa, algo demasiado habitual en su vida cotidiana. Se puso ropa interior con zapatillas, y activó el emisor holográfico de deportes, donde se emitían imágenes de la competición. Fue en ese momento cuando la imagen del proyector se transformó. Entonces apareció una figura clara y amargamente reconocida.

"¡Richard!" ¿Cómo?
-Hola Sandra. Me alegra verte en buen estado. Tan hermosa como siempre. Esos ojos azules son impresionantes. Y eso te ha sentado muy bien.
"¿Dónde estabas?" ¿Y dónde está Scott? ¿Sigue secuestrado?
"Siempre has hecho demasiadas preguntas." Digamos que Scott es ahora un socio valioso y eficaz. Y digamos que yo sigo con mis objetivos firmes y claros, pero eso ya lo sabes. Lo que quiero saber es qué estás haciendo aquí.
"Eso no es asunto tuyo, Richard. O Zeus, como te gusta que te llamen.
-No me gustaba, pero al final está quedando bien, incluso he añadido la imagen de Zeus al nuevo logotipo de la empresa. Debes saber que todo lo que ocurre en Titán es asunto mío. He visto que has comprado una inscripción para el Desafío de Combate Matemático. ¿Quieres que te consiga un asiento en primera fila? ¿O vas a participar como luchador matemático?
"Vete al infierno, Richard."
"Oh, sí. Al infierno me mandan con cierta frecuencia. En cualquier caso, te estaré vigilando, Sandra. Después de lo que pasó entre nosotros, tengo una herida profunda en el corazón. Me hiciste daño. Yo, yo lo di todo por ti. Te ofrecí un imperio. Y lo pagaste traicionándome.
"Tendrás una buena herida en el corazón cuando te lo haga pedazos, cerdo."
"Lo siento, Sandra. Te lo tomas demasiado a pecho, sobre todo teniendo en cuenta que no eres más que un montón de chatarra. Todo esto son negocios. Negocios sencillos. Y, en estos negocios, o estás conmigo, o estás contra mí. Y tú estás en el segundo grupo. Todo se reduce a eso. En cualquier caso, terminaré averiguando qué te trajo aquí. Te lo aseguro.
"¿Cómo me encontraste tan rápido?"

No hubo respuesta. La imagen se cortó. En ese momento sonó la puerta. No con el timbre, sino con el clásico toque de nudillos. Sandra suspiró preguntándose quién sería. Abrió la puerta. Al otro lado de la puerta apareció un hombre de unos cuarenta años y mirada turbia. Permanecía erguido y en silencio. Sandra preguntó:
"¿Quién es usted?"
"Jan te envió aquí, a buscar a un agente de su agencia de investigación que ha desaparecido, ¿no es así?". Sandra sintió que el mundo se le caía encima. Primero Richard la descubrió al llegar. Ahora aquel hombre sabía perfectamente por qué estaba allí. Ella respondió:
"¿Cómo lo sabes?"
"Muy fácil, Sandra. Resulta que yo soy ese operativo...